Los efectos beneficiosos de la luz en el organismo ya fueron aprovechados por griegos, egipcios e hindúes, que aplicaban luz con diferente longitud de onda (cromoterapia) para combatir algunas patologías. También Hipócrates, considerado el padre de la medicina, reconoció el efecto beneficioso de los baños de sol.
Estos conocimientos cayeron en el olvido hasta el siglo XVIII, cuando médicos europeos demostraron sus ventajas aplicadas a diferentes problemáticas.
El primer LED rojo fue desarrollado en EE UU, en 1962, pero no fue hasta 1988 cuando se empezó a hablar de sus posibles efectos en las células. El potencial de la luz LED como herramienta médica y estética ya se vislumbraba, aunque los investigadores no eran capaces de generar luz LED con una longitud de onda específica (de un color determinado) como para alcanzar objetivos clínicos concretos.
En los años 90, el astronauta estadounidense Scott Kelly y su equipo fueron capaces de crear las condiciones ambientales necesarias en el espacio para que una lechuga pudiera llevar a cabo la fotosíntesis y crecer como lo haría en la Tierra irradiándola con LED de diferentes colores. La ensalada resultante probaba que esta tecnología era capaz de provocar actividad celular o lo que es lo mismo, de ayudar a la generación y regeneración de tejidos.
Cada longitud de onda (color) llega a una profundidad diferente y actúa de manera distinta. Son siete los colores utilizados con fines estéticos, blanco, rojo, azul, verde, violeta, amarillo y turquesa. Hoy os hablamos de los más frecuentes y eficaces:
– Luz roja: activa la regeneración celular y el metabolismo de los fibroblastos, generando colágeno y elastina, con lo que ayuda a reducir las arrugas, cierra los poros y previene el envejecimiento.
– Luz azul: es la ideal para combatir el acné ya que es capaz de destruir la bacteria que genera esta patología, además, reduce el tamaño de los poros, los granos producidos por el estrés o los cambios hormonales; la inflamación y las rojeces y tiene un efecto calmante en las pieles hipersensibles.
Actualmente arrugas, flacidez, acné, celulitis, estrías, manchas, incluso alopecia, cuentan con una nueva herramienta fácil de usar y no invasiva que funciona muy bien por sí misma y junto a otras tecnologías como los ultrasonidos, radiofrecuencia, microcorrientes o principios activos cosméticos.
Por ello, en SKINVITY hemos decidido apostar por la nueva Silicone Led Mask como nuestro primer hit tecnológico, con el objetivo de mejorar y optimizar las funciones de otros aparatos ya presentes en el mercado. Gracias a su ergonomía se adapta plenamente a rostro y cuello para un uso cómodo, sencillo y muy eficaz. Ya nos conocéis, nos gusta la excelencia. Ahora solo queda que lo pruebes tú.
¿Qué luz LED necesitas?
Mar Miñano
PhD Mechanical Engineer. Tesis en modelar el daño en la piel. Colaboradora de SKINVITY