Hay un día en la vida de toda mujer en que te miras en el espejo y constatas que la ley de la gravedad, esa de Newton y la manzana, existe y se está cumpliendo ante tus ojos, concretamente, debajo de tus ojos. Suele suceder a partir de los 40 años, y la perimenopausia y menopausia son la gasolina que lo enciende. Este fenómeno, que nos trae flacidez en el rostro, es conocido como la «inversión de la pirámide de la juventud».
¿Qué es la inversión de la pirámide de la juventud?
Imaginemos una pirámide invertida: una base amplia que se estrecha hacia arriba. Esta es la forma ideal del rostro joven: una frente suave y amplia que se estrecha hacia una barbilla definida. Sin embargo, a medida que envejecemos, esta pirámide tiende a invertirse, con la barbilla y la parte más baja de las mejillas aumentando en volumen y la frente pareciendo más estrecha. La gravedad y/o flacidez, tanta monta, descuelga nuestra estructura facial y por eso el contorno se nos desdibuja y los pómulos pierden su prominencia.
¿Cuándo aparece y cuáles son las causas?
La inversión de la pirámide de la juventud suele hacer su debut alrededor de los 35 años y puede intensificarse con el tiempo. Las causas son variadas, pero la más lógica y significativa es la falta de producción de colágeno y elastina, que proporciona flacidez. Además, factores como la exposición al sol, el tabaquismo, el estrés y la genética también pueden desempeñar un papel en este proceso tan fastidioso.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de la inversión de la pirámide de la juventud pueden incluir flacidez en la mandíbula y el cuello, pérdida de volumen en las mejillas, líneas de expresión más pronunciadas y una apariencia general menos firme y tonificada en la piel.
Hay soluciones, menos mal.
Después de pintarte este panorama un poco negro, comencemos la parte más feliz de este post: las soluciones. Afortunadamente, existen diversas opciones que van desde lo cosmético hasta lo natural y, por supuesto, lo tecnológico. La innovación siempre está ahí para ayudarnos.
Yoga Facial:
Empecemos desde los básicos de toda la vida que funcionan y mucho. El yoga facial es una tendencia en ascenso que implica ejercicios faciales diseñados para tonificar y fortalecer los músculos del rostro. Desde la «sonrisa del león» hasta el «beso del cielo», hay una variedad de movimientos que prometen (y cumplen) resultados naturales y duraderos. Blanca, nuestra CEO y fundadora, es una firma defensora de esta técnica, que ella lleva practicando mucho tiempo para luchar contra la flacidez.
Tecnología Cosmética:
Desde dispositivos de radiofrecuencia hasta terapias de luz LED, hay una amplia gama de opciones que pueden estimular la producción de colágeno, mejorar la elasticidad de la piel y reafirmar los tejidos faciales, paliando la flacidez y mejorando la textura y el tono. Os recomendamos dos tesoros:
Silicone LED Mask: Nuestra máscara LED marca SKINVITY, testada dermatológicamente, con unos resultados apabullantes que arrojan cifras tan interesantes como un 30% de aumento de firmeza después de 56 días de uso continuado ¡30%! Y u 19% de aumento de la elasticidad. Las arrugas en la frente disminuyen un 15.6%, y según los expertos consultados, es una cifra muy buena, puesto que las arrugas son complicadas de tratar. De otro lado, nuestra máscara mejora la pigmentación, tras 56 días de uso continuado se percibe que la coloración de las manchas disminuye un 15,6%. Cómo nos gustan los números dando buenas noticias.
TriPollar Stop Vx2: La radiofrecuencia múltiple combinada con microcorrientes son de sobra conocidas para tratar arrugas y flacidez. Este dispositivo es el último y más innovadora de TriPollar y damos fe que consigue unos resultados estupendos. Por supuesto, también tiene test de eficacia que lo avalan.
Conclusión:
La inversión de la pirámide de la juventud es un proceso natural del envejecimiento que todos enfrentamos en algún momento de nuestras vidas, igual que la presbicia y el empezar a hablar como nuestras madres. Nosotras, como sabes, no nos conformamos y siempre estamos dispuestas a reversionarnos, a encontrar y lucir nuestro mejor yo. Por y para nosotras en primer lugar, y por qué no, para el resto del mundo.
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