Hoy os hablamos de radiofrecuencia, la tecnología detrás de los dispositivos TriPollar Stop X y Stop Pose.
La radiofrecuencia consiste en la utilización de ondas electromagnéticas. Es muy frecuente escuchar esta palabra en el contexto médico o estético, consiste en dirigir y aplicar una serie de ondas electromagnéticas en distintos puntos faciales o corporales con objetivos diferentes en cada caso. Estas ondas actúan elevando la temperatura de la zona tratada.
La radiofrecuencia es el tratamiento facial y corporal más demandado en centros de estética y es el tratamiento favorito de celebrities, actrices e influencers. Es decir, es la tecnología detrás de los dispositivos
En palabras de la doctora Pilar de Benito: “Según mi opinión su éxito radica en la sencillez del protocolo de aplicación del procedimiento. Es indoloro, sin punciones ni incisiones y el paciente sólo siente un calentamiento controlado del tejido que respeta sus capas más superficiales. El tiempo de aplicación es corto. Además, obtenemos un resultado flash que proporciona un aspecto deslumbrante y un efecto a largo plazo que podremos observar en los próximos meses. Otro elemento importante a su favor es que los efectos secundarios son poco frecuentes y consisten en un ligero enrojecimiento que desaparece al poco tiempo”
A través del calentamiento de las capas profundas de la dermis se provoca la estimulación sanguínea y la formación de colágeno y elastina, se tonifica. El resultado se traduce en una piel más tersa, menos flácida, con apariencia más joven y con mayor elasticidad.
Después de una sola sesión, como resultado, vemos un cutis hidratado (la piel irradia luz y una textura jugosa), experimentamos una sensación de confort y se atenúan pequeñas arrugas y líneas de expresión. Además, tiene un efecto definitivo tras varias sesiones, es una combinación perfecta para que sea el tratamiento favorito de cualquier persona a la que le guste cuidarse.
Tanto en facial como en corporal, la radiofrecuencia es la estrella de la aparatología de cara mejorar nuestro aspecto, y está indicado tanto en pieles jóvenes como en pieles más maduras, y tanto en hombres como mujeres.
Se recomienza comenzar a partir de los 30 años, cuando se reduce la producción de colágeno, y especialmente en la menopausia. En especial para aquellas que presenten flacidez y descolgamiento, así como poros muy abiertos, falta de luminosidad o fotoenvejecimiento leve o moderado.
En algunos casos se puede observar un leve enrojecimiento de la zona, o una pequeña inflamación, que desaparece a los minutos. Pero, no se recomienda su uso por parte de:
¡La respuesta es sí! No es un tratamiento fotosensibilizante, aunque recomendamos no tomar el sol el mismo día del tratamiento si se ha realizado un peeling previo.
¿Qué os parece? ¿Os atrevéis a probarlo?
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