Sí a la IA en la tecnología cosmética

Todo el mundo habla de la IA por todas partes. Las opiniones van desde aquellos que consideran que estamos ante un peligro inminente y los que abrazan sus virtudes y su potencial. Nosotras pertenecemos al segundo grupo, sin que eso vaya en contra a nuestro apoyo por una utilización ética. Y nuestro interés se focaliza en qué y cómo interacciona la inteligencia artificial con la tecnología cosmética. Y cómo lo hará en el futuro.

No es algo nuevo, la IA lleva muchísimos años de aplicación en el mundo de la cosmética. Su aplicación se centra en la personalización de los tratamientos. En SKINVITY trabajamos con marcas innovadoras para quienes los avances tecnológicos son el ABC de su negocio.

Los TriPollar más innovadores -como el Gold2, Pose VX o Desire- poseen un algoritmo de mapeo térmico, que controla el proceso de calentamiento mediante el muestreo continuo de la temperatura de la piel en cinco puntos térmicos diferentes en la cara del usuario. Un tratamiento personalizado y muchísimo más eficiente, que redunda en los maravillosos resultados cosméticos. Nosotras, que hemos probado los dispositivos de esta gran familia desde sus comienzos, podemos deciros que hay un salto gigantesco en lo que se consigue gracias a este avance.

Casi todos los dispositivos de Foreo y de Elvie tienen su propia app personalizada, que permite al usuario crear sus propios parámetros y así se crean tratamientos más precisos, que ponen el foco en nuestras necesidades concretas. Lo estándar ya no se lleva, amigas.  

En el equipo SKINVITY hemos tenido últimamente muchas conversaciones alrededor de la importancia de personalizar las rutinas. Y nuestro ojo avizor está poniendo su foco en dispositivos con sensores que permitan obtener información a tiempo real sobre el estado de nuestra piel y crearnos así rutinas ad hoc. Y aportando, además, una concepción holística del autocuidado. ¿Os imagináis una IA que pudiera detectar nuestro nivel de estrés y cómo este puede influir en el estado de la piel? Hay una tendencia muy novedosa en este sentido, llamada biohacking, que defiende el poder de hackeo de nuestro propio cuerpo que nos traerán los avances tecnológicos.

Desde cosas tan básicas como controlar nuestros patrones de sueño -algo que ya es habitual- a otras más extrañas e inquietantes como usar una impresora D para imprimir nuestra propia piel. La bioimpresión de piel parece de película de ciencia ficción, lo sabemos, pero resulta que ya es una realidad: ya han inventado un modelo portátil que pone tinta biológica sobre heridas graves para ayudar a que se curen antes. Sí, nosotras también nos quedamos ojipláticas al descubrirlo.

La relación entre el universo femenino y la tecnología ha comenzado hace unos pocos años. De hecho, el término femtech, acuñado por Ida Tin, fundadora de la app Clue, nació en 2016, solo hace 7. Y es fundamental seguir investigando y recopilando datos. Cuanto más conocimiento tengamos sobres nosotras y nuestros cuerpos, más empoderadas estaremos, y podremos proporcionarnos los mejores cuidados, a ser posible desde nuestro propio cuarto de baño.

Nosotras nos subimos al carro de la innovación ¿te vienes?