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Stresslaxing, ¿tú también lo padeces?

Hoy vamos a hablar de un tema que parece manido, pero no lo es. Se llama estrés, y, hasta que no desaparezca, hablar de él es necesario porque muchas mujeres sufrimos sus consecuencias y hay que visibilizarlo para ponerle remedio. Lo que sí vamos a hacer es mencionar otra nueva -y retorcida- forma de estrés. El que surge cuando te sientes culpable por poder relajarte.

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Parece que estás relajada pero no

Pongamos un ejemplo: tu jornada laboral se ha terminado, estás en casa en el sofá y te llama tu mejor amiga. Te pones a hablar con ella y a los dos minutos empiezas a hacer la lista de lo que tienes pendiente o a mirar inquieta el reloj, pensando que esta conversación va a desequilibrar mucho tus timing y eso va a alterar el resto de las tareas que tienes pendientes.

Otro ejemplo: es sábado y de pronto, te descubres metiéndote al mail del trabajo, a echar un vistazo, por si acaso ayer pasó algo cuando te fuiste (¿una bomba nuclear, un secuestro?). Lees los mails que ayer no leíste (es decir, los que entraron fuera de horario), cierras el mail y sigues con tu “descanso”, sintiéndote más tranquila.

Estos dos ejemplos nos son aislados, hay miles, y les suceden a tantas personas que, al final, la sabiduría popular ha acuñado un término en inglés que lo define (ya sabemos qué bien se le da a esta lengua crear términos sociológicos concisos y fáciles de entender a la primera).

Stresslaxing, así se ha denominado este nuevo tipo de estrés, que hace referencia al que se produce cuando uno intenta relajarse justo de aquello que te produce estrés. Un tramposo y complicado trabalenguas emocional.

Vivimos saturados de tareas interminables. La lista nunca acaba, porque además del trabajo está la casa, la familia, las mascotas. Todo es susceptible de necesitarte sin descanso. Una versión de ti en bucle infinito.

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Un bucle emocional infinito

Nosotras, buscadoras incansables del bienestar, no entendido como una entelequia inalcanzable, sino como ese estado positivo intangible que nos permite disfrutar de las pequeñas y grandes cosas de la vida, también hemos sufrido alguna vez stresslaxing. Todas, en mayor o menor medida, y no solo pensando en el trabajo, a veces te puede abrumar incluso el ocio que te estás perdiendo. Hay mucha presión social en querer ser perfectas, estar in.

Myriam, de SKINVITY, nos da lo que ella cree que son las claves o al menos lo que a ella le va bien: “Cuando veo que los fines de semana me asalta ese runrún inquietante que me produce sensación de estrés y me dan ganas de conectarme al ordenador a adelantar trabajo, me doy un baño de agua caliente, o enciendo una vela y me pongo un podcast o todo a la vez. Me costó mucho identificar que eso que me pasaba no era exceso de responsabilidad sino estrés, puro y duro, que me obliga a estar en una obligación perpetua, del tipo que sea. Ahora lo contraataco dedicándome a cuidar de mí misma con intensidad y devoción. No siempre funciona, pero al menos lo intento”.

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Stresslaxing stop

Lo importante es identificarlo, sin duda alguna. Saber que eso que te sucede es estrés y asumirlo. Una vez que lo tienes identificado, hay diversas formas de controlarlo. Hay quien lo hace añadiendo adrenalina a sus actividades, hay quien se apunta a terapia, a meditación, se cambia de trabajo o pide ayuda a sus seres queridos.

Nosotras os recomendamos que procuréis cuidaros más, buscar un nuevo ritmo más gratificante que os permita disfrutar más de las pequeñas cosas. Casi todo puede esperar, menos vuestro bienestar.

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